Wabisabi en yoga
- msaucedob
- 27 may 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 6 jun 2024
El concepto del wabisabi japonés nació desde el S. X1; específicamente en el campo de la literatura, en donde el término se utilizaba para describir la naturaleza efímera y transitoria de la vida.
Con el tiempo, disciplinas como la arquitectura, el diseño y en general, adoptaron este principio estético en donde ese valora la imperfección.
¿Cuá es la filosofía del wabisabi ?
Se trata de aceptar las cosas tal como son, sin expectativas de perfección. Este enfoque filosófico nos invita a apreciar las marcas que el tiempo deja en las cosas, a disfrutar del momento presente y a encontrar alegría en los placeres simples. Después de todo, el mundo es efímero y eventualmente todo se desvanecerá.
Una de las maravillosas cualidades del wabisabi es su capacidad para hacernos apreciar los pequeños detalles de la vida que muchas veces pasamos por alto.
Nos enseña a encontrar belleza en lo cotidiano, en objetos desgastados o imperfectos, y a valorar la autenticidad y la simplicidad. Así que, la próxima vez que observes una grieta en una taza de té o una hoja marchita en una planta, recuerda que también forman parte de la belleza efímera de la existencia.
¿Cómo podemos abordar el wabi-sabi desde el yoga?
En el yoga postural actual, existe como un dejo de búsqueda de la perfección, de la simetría, de la congruencia absoluta, de los cuerpos y las posturas perfectas, intactas, inamovibles. Los cuerpos tan parecidos el uno a otro.
Para mi, wabi-sabi en yoga es saber:
Que hay cuerpos muy flexibles de nacimiento y otras más rígidos.
Que si le ponemos expectativa a nuestra práctica o a cierta postura, le estamos quitando la magia de que nos enseñe lo que tiene que regalarnos.
Que el equilibro no es estático, los vaivenes son lo que nos regresan a nuestro centro, no la inamovilidad de la rigidez.
Que hay días que no dan la gana practicar.
Que si bien debe haber una alineación que cuide nuestro cuerpo físico; seguro te tomó meses y meses llegar al trikonasana perfecto, ¡y está bien!
Y por más años, décadas lleves prácticando, el cuerpo y la práctica fluctúan. Hay días que amaneces con el mejor equilibrio, y hay otros que nada más no te sale pincha mayurasana por más que lleves años practicándola.
Que la belleza está en ir sacando las capas que nos limitan.
Que la magia está en reconocer tu inmenso poder al controlar la respiración.
Que gracias a dios somos tan falibles, en el poder observar nuestras sombras, equivocaciones y todo lo que nos falta recorrer, con compasión, con cariño y con ternura; nos hara amarnos un poco más, sin menos expectativa, sin tanta presión de afuera y de adentro.
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